02 mayo 2013

EL PERDÓN




Nadie sabe del dolor 
la amargura y desconsuelo
el pesar y sufrimiento
que puede sentir un ser
castigado con la huella 
de la decepción y el engaño.

Nadie puede obligar a perdonar.


Pero que gran emoción

cuando indulgente
concede la absolución.

Cuando el perdón del alma nace
dulce recompensa expande.
No hay perjuicio ni quebranto.


Tranquilidad y sosiego
es recompensa segura.


Aprende y disfruta de tu vida.




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