Nada es tuyo...
Nada te pertenece...
Nada te pertenece...
Solo eres un cuerpo con domicilio propio.
No hay razonamiento; solo emociones indigestas
Infiernos y purgatorios te persiguen...
El pasado te llama con un grito silencioso
Solo el perdón te lleva al olvido...
Libérate de tus cargas
Vuelve a tu hogar... tu alma.
Suave y frágil es la noche.
No te pierdas... ni caigas, como las
hojas de otoño
sin dejar las ramas ilesas para una
nueva primavera.
No te escondas en el rincón del
olvido.
Esperando; ciego e incomprendido
las corrientes que fluyen y mezclan.
La libertad crece, hasta el límite
fronterizo;
donde el respeto prevalece.
Al llegar a mi puerta: ahí, solo a mí me
pertenece.
Las letras, esperan dormidas una pluma
con alas de mariposas y papel en
blanco.
Igual que el lienzo... suplica al
pincel, su canto.
No te pierdas... ni caigas, como las
hojas de otoño
* Nada te pertenece, solo aquello que puedes salvar en un naufragio;
Y no sabes nadar.