28 septiembre 2014

La humanidad.

Qué cada cual
entienda lo que quiera.
En él está…
ser o no ser…

La humanidad
Hojas marchitas con filamentos purpura
Dibujan el mapa de olvidos y conciencias dormidas
Amedrentados los pies pisan la alfombra de un otoño
que acongoja…  misterio, huellas, aconteceres de instantes,
sin apliques, ni adornos… relámpagos dirigen
tormentas que arrastran rescoldos y lavan la tierra
 buscando su rastro y su rostro,
ancestrales cicatrices… ¡siempre fue suya!
Soledades marmóreas lapidan la vida
Sin suelo firme que sane heridas…
La parca, camina despacio manteniendo en el aire
La espada oblicua…
Solo la selva… se salva...  si el hombre no asiste.
Cuando los animales lamen sus heridas
y empapelan con ética su tiempo de hojas marchitas.
El humano, coagulada su sangre, descubrirá…

“El verdadero clamor
es la brisa que mueve el ciprés”.

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