INOCENCIA
Contigo; amaneció de nuevo.
El
niño, trabajaba su harina
Amasando
su alimento…
Atropellando
sus años, el hombre
lo arrastró
a su huerto…
allí, no había frutos de semilla alguna,
sólo
terreno seco y amargura…
Crecieron
sus días entre terror, dolor y miedo.
Las
noches lloraban lágrimas de fuego.
Y a
sus pies, los compañeros muertos.
Sangre
coagulada regaba los helechos
entre
mentiras, envidias y decretos.
Las
piedras absorbían sus secretos.
Su
esencia, su vida y sus sueños,
se
ocultaron en lo más profundo del infierno,
ayudados
por tus tiernos siervos…
Tú,
que eres el rey de los cielos…
dejaste
al hombre honrado olvidado,
entre restos… y destierro.
Sin
voz, se perdió el sueño, la inocencia,
el
misterio, el color y sus derechos…
¿Recuerdas
sus hechos?
Le
partiste el corazón,
pero
Él siguió creciendo…
a
pesar que tus oídos siempre fueron sordos,
y tus ojos ciegos
Encontró
el camino.
En
la soledad y silencio; te supero en grandeza,
en
humanidad, humildad y decoro.
Mostrándoles
el camino a otros…
Mientras…
en tu nombre, se barajan santos.
Demasiados
astros, para este falso cielo.
Aquí, no hay utopías, ésto es bien serio y cierto.
El dolor de los que nos precedieron, nos da las fuerzas necesarias para avanzar nos hace más fuertes, la herencia fue amor y dulzura y una extraordinaria fuerza, que siempre revierte en el bien de los demás, me enorgullece tenerte como amiga. un abrazo <3
ResponderEliminarNos hace más fuerte, nos enseña el camino, y nos poner al alcance aquellos que vibran a compás de calor de la verdadera amistad.
EliminarGracias por tu coraje y humanidad, por tu comprensión y sentir la profundidad y esencia de mis letras.
Gracias por ser y estar.
Un beso <3