Suenan tambores en la profundidad de
la tierra
Nos quemaron los libros, se perdieron
las huellas y las letras,
Se hicieron silencio las palabras con
franqueza, secuestraron la nobleza.
Se extendió el estiércol fuera de la pradera.
Creció la indiferencia.
Los frutos del granado explotan
Esparciendo sus granos en un mar azul
Tiñendo su esencia con el rojo sangre…
De los príncipes del sur
Mezclándose con el granate profundo
Del alma de los ausentes.
Ya nada importa…
Los granados, no se siembran tan al
norte,
donde solo el frío inverna.
Los posos, de mi tacita de té,
dejaron de ser…
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