Y vine al mundo:
Observando el aire entre
suspiros de días conjugados.
piel que se expande en segundos,
mortaja sin anestesia,
cruz, donde permanece clavada la
inocencia
aleteo de parpados entre
pergaminos de prehistoria e historia...
todo en uno; silencio cautivo,
inflexible olvido.
Tan solo el ocaso y presente se
ilumina de nostalgias
coagulando la ausencia y el
hábito de la costumbre.
La luna atormenta el espejismo
y el mundo se empeña en poner
ladrillos
a las puertas que marcan
camino...
Siete llamas iluminan la
sinagoga,
dos velones y una cruz fueron
testigos,
la meca baila a su ritmo.
El mundo ciego
apaga la llama que brilla en si
mismo.
Recapitulando; la piel recoge
envoltorio
volviendo al barro del que
partimos... polvo.
Entre la noche y el día imprecisos instantes
esconden la luz del eterno
tormento.
¡Miedo gobierna nuestro sino!
¡Crezcamos o menguaremos como cretinos!
¡Miedo gobierna nuestro sino!
¡Crezcamos o menguaremos como cretinos!
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