El mundo gira
al compás de tus pasos
Puro reflejo...
Haciendo
recuento.
I
Empiezo
a buscar desperfectos,
entre
los ropajes de los condenados,
donde
los rasguños se convierten
en
cuevas subterráneas que marcan una sola dirección.
Un
corazón exterminado por el dolor y la rabia
o,
tal vez, sólo por la soledad del alma
de
un cuerpo que una vez fue habitado...
por
un alma ¡o dos!
II
Transeúntes marcan senderos vacíos…
oscuros
laberintos de emociones trasnochadas.
Alaridos
en tiempo muerto.
Calaveras
sin nicho,
sin
lapida funeraria, ni epitafio.
Tan
solo una manta raída
un
cartón de vino por compañero,
sin
nombre…
una
caja acompaña el duro invierno.
¡Una
etiqueta! marca el descanso…
A
la atención de: cuidado… muy frágil.
III
Rodeados
de raíces de miseria.
pares
hijos... como si todos los días fueran fiesta.
¡Sin
respeto, ni conciencia!
Nómada
de mil y una historias,
Sin
cuerdas… ni obligaciones que amarren.
Lastimoso,
alquilas pájaros
Pides,
o robas… ruegas o maldices.
Cualquier
cosas sirve…
Mientras
las mujeres te llenen la cartera
y
la entrepierna…
¿Con
qué piensas?
Crías
nidos de urracas bandoleras.
Nómada
gris… ¡en que viaje se rompió tu cadena!
Recuerda:
con cada maldición, triplicas tu condena,
Con
cada maltrato te envenenas… y ¡envenenas!
Trasladando
el vertedero ¡del origen... a tu hacienda!
Nadie puede dar
aquello de lo que carece
¡Practica con el ejemplo!
Al final nos
reiremos
¡Espero!
Ves amanecer
Pero no encuentras el sol
Ves anochecer
Pero nunca la luna
Ves la ola
Pero no la mar
Nos cruzamos en el camino
Sólo tropiezas con tus huellas
Ves el árbol
Pero no el bosque
Trastabillas con un grano
Pero no ves el granero
No ves el pantano
Pero te ahogas en una tacita de té
Tiemblas ante la muerte
Y te olvidas de vivir
¡La vida!
¡La vida!
Serie retratos en sepia: los fantasmas de la tierra.
SECUENCIAS
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