11 enero 2015

“Serie: retratos en sepia” Espejos rotos...

Todos los días llueven cristales rotos…
de aquellos que no se miran así mismos y levitan lapidarios…
Mientras unos miran para otro lado... entre cuentos de hadas, revistas de Corin Tellado y pelis porno,
otros, se hacen los ciegos y sordos, escondiendo sus cabezas en un hoyo.
Algunos yerguen hirientes, dividiendo en pedacitos el espejo, 
y multiplican su quebranto, lanzando esquirlas a los tejados,
maquillando la impronta de sentirse ultrajados,
muerden y escupen los pedazos…
Y yo sigo aquí, buscándome, esperándome, encontrándome.
¡Esperándote!
Regresaré…  mañana antes de alba
Sorda, ante lamentos de imberbes seres
que transportan cadenas sin sonrisas y manos sucias.
distorsionando lágrimas de oxidado engranaje.
Difícil encontrar palabras tiernas,
dulces bombones o jugosas frutas.
La voz, a de ser revulsivo, tintineo que golpee el corazón y la mente,
para remover esfinges de roca que se ocultan tras las sombras…
lo fácil es encontrar vocablos que regalen el oído del que busca su razón.
Todos nos equivocamos… 
no culpes a tus dioses de tus traiciones.
Nos equivocamos solos, ¡no hay paraíso para los asesinos traidores!
Nuestra es… ¡la última palabra!
Nuestra es la voz…
¡dónde estáis dioses!
¡dónde, dios!
-en cualquier parte, menos en ti-

“Serie: retratos en sepia”
los fantasmas de la tierra.

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